Soy un pintor de iconos católicos, nacido en Inglaterra en 1962 y que pasa gran parte de su tiempo entre los cristianos de Tierra Santa, donde fundé y ahora soy el Director del Centro de Iconos de Belén y su Escuela.
Mi fe cristiana ha sido el corazón de mi vida desde que era adolescente. Crecí en la Iglesia de Inglaterra pero me convertí a la Iglesia Católica Romana en 1991. Serví en el ministerio ordenado durante varios años antes de elegir seguir una nueva vocación como iconógrafo profesional a tiempo completo en 2007.
Me enamoré de los iconos cuando tenía 18 años y en un viaje a Grecia. Hice mi estudio inicial con el P. Egon Sendler SJ, y muchos años después aprendí con Aidan Hart.
Los íconos me han dado una forma de explorar, expresar y compartir mi fe en Cristo de manera profunda e inmediata. Han llegado a moldear mi fe más allá de los conceptos intelectuales, y a enraizar mi relación con Él en un compromiso dinámico con la Tradición que fluye de regreso a los Apóstoles y, a través de ellos, a Cristo mismo.
Dios nació como el Niño Jesús en un establo en Belén, y en ese momento Dios nos miró a través de los ojos humanos, y María, su Madre, miró el rostro de Dios y vivió. Así comenzó la forma cristiana revolucionaria de orar con nuestros ojos y encontrar a Dios a través de nuestros sentidos. Dios fue tan íntimo para nosotros como nuestro propio aliento. Los iconos extienden esto en nuestro tiempo como objetos de la liturgia sagrada que se encuentra en el corazón de la forma de vida cristiana.